martes, 9 de septiembre de 2008

¿Por qué no soy feliz?

Ilustrísimas señoras veteranas (y veteranos interesados), aquí tienen ustedes la redacción solicitada. Nada del otro mundo, por supuesto, pero al menos he cumplido con el compromiso contraído.

¿Por qué no soy feliz? Una pregunta difícil y, por otro lado, análoga a: ¿por qué soy feliz? En el caso de que lo fuera. ¿Pueden ustedes, aparentemente felices según dicen, contestar a dicha pregunta? Espero que no. Porque si creen que pueden hacerlo es que creen poseer la verdad absoluta, un conocimiento verdadero sin parangón sobre esta Tierra. Ahora, en el caso de que, además de creer poder hacerlo tienen la respuesta correcta, discúlpenme señoritas pero su existencia se corresponde más a la de una divinidad que la de un antropoide terrestre (por tanto entonces comenzaré a adorarlas como se merecen deidades como ustedes).

La felicidad es una idea, un estado que nadie conoce y que nadie nunca podrá alcanzar, mucho menos en un mundo como el actual. Podríamos acercarnos a esa felicidad, indefinible por otro lado. Podríamos llegar a estados de ánimo que, por similitud y solo por similitud, denominamos como felicidad. Pero no es tal cosa. No podemos ser felices, ni ustedes ni yo. Es algo simple. 

Más allá aún, ese estado anímico considerado como felicidad, no es el mismo para todos nosotros. Como para todos nosotros la belleza no es lo mismo. He aquí un ejemplo interesante. Todo el mundo sabe en qué consiste, de una u otra forma, la idea de belleza. Todo el mundo conoce la idea de felicidad. Pero, ¿ustedes consideran algo bello de igual forma que yo lo hago? No. Nadie posee dichas ideas de forma absoluta, nadie ha abstraído nunca ninguna de esas ideas en su estado mayor, en su estado de perfección. No existe la belleza, igual que no existe la felicidad. 

Por tanto, usted y yo podríamos considerarnos felices en algún momento de nuestras vidas. Pero nunca podremos ser felices. Quizás sintamos algo parecido que nos recuerda dicha idea, pero eso no es felicidad, es nuestra forma de verlo. Individual, solo válida para cada uno de forma independiente. 

Por todo eso, no soy feliz. Y bueno, tampoco soy feliz porque no soy jubilado, no tengo carné de coche, ni coche, ni carné de moto, ni moto, ni una casa en la playa, ni tanto dinero como sea necesario para que sea imposible contarlo...

Aunque haya ciertas cosas en mi vida que me puedan hacer feliz, por momentos, igual que a ustedes. Pero eso tampoco es la felicidad. 

Y si después de leer esto, si es que alguna vez lo hacen, deciden no ya no dirigirme la palabra, sino incluso negarme la mirada y solo preocuparse de mi existencia como novato para ser víctima de sus trucos, podré entenderlo.

Un saludo.

Salud y República

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado novato de Gijón:
después de leer su redacción, no sólo no le vamos a retirar la mirada, sino que además le vamos a reconocer un un gran mérito: ser uno de los novatos con los que se puede hablar de algo serio, enhorabuena!
Esperamos que nos vuelva a acompañar en una comida, y así mandarle otra redacción ;)

Un saludo!

Anónimo dijo...

Ay novato! Pero si usted mismo lo dice. La felicidad poco se la plantearán en términos absolutos. Y es que le niego la mayor, cuando hablamos de felicidad yo hablo de mí felicidad y usted habla de su felicidad, cada una alcanzable de maneras probablemente distintas.

Alcanzar la felicidad no es como alcanazar los 50 grados de temperatura. No es objetivo, no es verificable, y siendo así podemos errar al decir que la hemos alcanzado.

Pero cuando a lo largo de nuestras cortas vidas nuestros sentimientos y sensaciones varían, lo que nos rodea también lo hace y cambiamos así nosotros, de alguna manera intuímos que existen topes por arriba y por abajo. Si la parte baja de la tabla queda lejos, muy lejos y la parte alta cerca, uno estará en un estado de felicidad, personal e intransferible, que para otro por sus circunstancias personales quizá no sea nada de eso.

Esta es por otro lado sólo mi definición y en base a ella puedo alcanzarla. Si se me plantea que un perro tiene alas, pico y plumas, en mi casa no tengo un perro claro.
Pero el concepto de perro es bastante claro, y con el de felicidad todavía estamos.