lunes, 28 de abril de 2008

Versos Vagos (Fernando Menéndez)

Memoria escrita

Exiliados del tiempo
entre emboscadas piedras
con el amor cubierto de nubes
buscamos el pasado
que nos espera siempre.

Recuerdo tus manos, abanicos
tras la luz y tus ojos
silencios sin límite, en mágicas
tardes destinadas a poetizar
la memoria.

Paseando por la plaza
reencontrabas tus pasos
que volvían a tus labios
hilados de luz.
Como el liquen en la piedra
conspiraba la muerte
por atrapar tu sombra.

Eras la piedra y el bosque,
la lluvia y el verso,
la huella de un corazón amigo.

Donde la luna despierta
tu voz alcanza el horizonte
hasta tu verso se deshace
y se rompe en pensamientos.

Te enamoraban
las ruinas y las leyendas
de oscuras hazañas;
eran el destino
de tu canto, 
estancias de la soledad.

En cada verso tu mirada
y la inmensidad por testigo
nombraban al deseo y lo negabas
desasiéndote del tiempo.

Has dejado la senda
del rumor de las fuentes 
por otros espacio nublado
que sueña en el confín,
corriente rezagada de tu omega.


Espero que no tenga copyright.

jueves, 24 de abril de 2008

¿Y ahora?

Hay ciertas ocasiones en las que uno siente asco de sí mismo. Y no de cómo uno se ve en el espejo, ni siquiera de cómo ven a uno. Solo siente asco de la forma en la que está actuando. Y tiene la opción de cambiarlo, y dejar de darse asco; o de seguir siendo así, y no "traicionarse" a sí mismo.

Cuando a uno no le importa lo que el resto de la gente pueda pensar de él. Cuando no le incumbe si alguien le guarda cierto aprecio o no, se puede permitir no causar buena impresión en absoluto. Pero, hasta qué punto puede uno dejar que esa despreocupación se apodere de su comportamiento. 

Nunca sabes dónde está ese lugar cuando te quedas corto. Siempre tienes que superarlo, tienes que ir más allá para darte cuenta de dónde está, para darte cuenta de que ya te has pasado, no hay marcha atrás. 

Si tienes suerte, los errores podrán ser enmendados. Quizás sea esa, aun pareciendo la mejor opción, la más perjudicial. Porque no te das cuenta de lo que puedes llegar a perder, de las verdaderas consecuencias de tus actos. 

Sí, muy bien, pero ahora, una vez que uno se ha equivocado, y que aún no sabe si algo de lo marrado tendrá remedio, qué es lo que debe hacer. ¿Debe cambiar? ¿Intentar solventar su error? ¿O debe continuar, solo por no volver a adoptar otra forma de actuar?