sábado, 29 de marzo de 2008

Echarte de menos

Sí, claro que puedo echarte de menos. De hecho, no puedo dejar de hacerlo. 

Casi cada momento recuerdo aquellos escasos momentos que compartimos. Aquellos pocos segundos en los que estábamos unidos, tú y yo, ambos dos, separados por escasos centímetros, mirándonos fijamente, quedando sorprendidos cada uno de nosotros, por la reacción del otro. 

Recuerdo aquella vez en la que yo estaba en el suelo, y tú, encima de mí, adquirías el status de escultura, mirándome, desde las alturas, esbozando una sonrisa. Aún tengo guardados en mi memoria cada uno de los instantes en los que ibas acercándote y nuestros labios se rozaban.

Claro que puedo echarte de menos. Echo de menos, no poder dejar de hacerlo.

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