recorría tu cuerpo con mis manos
y tú
tú girabas tu cara
mirabas para otro lado.
Yo miraba tus labios
deseaba llegar tan alto, hasta tocarlos
y tú
tú cerrabas los ojos
no querías verme alcanzarlos.
Yo olía tu pelo
estudiaba cada aroma con sigilo
y tú
tú regalabas silencio
tu pasividad me mantenía en vilo.
Yo sabía amarte
deseaba que tú me amaras
y tú
tú no decías palabra
simplemente te callabas.
Y mientras tanto mi tristeza inundaba todo mi cuerpo. Mi tristeza me inundaba por completo. Se hacía dueña de mis días, de mis horas, de todo mi tiempo. Se hacía dueña de mi vida en definitiva. Como tú misma hiciste.
Te adueñaste de mí, me robaste los sentidos. Te apoderaste de mis miradas, hiciste tuyos mis silencios y mis palabras. Hiciste tuyos mis miedos y mis placeres.
Te necesito conmigo.
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