Cuando vi tus ojos de nuevo me recorrió un escalofrío. Como la primera vez que me besaste. Bueno, también como la última. Y la próxima será lo mismo. Me siento completo ya, entero, sabiendo que por suerte, si todo va bien, cada vez que tú me digas que quieres más te lo podré dar, y lo mismo sucederá conmigo. Cada vez que necesite de tu piel la podré ir a buscar, y cada vez que tu piel requieran mis manos, podré ir en su ayuda.
Podré sentirte más cerca. Podré tenerte para mí. Podré verme en tus ojos. Podré tenerlos para mí. Podré quererte y ya no desde tan lejos. Podrás estar ahí. Estaré yo aquí. Estaremos juntos.
Te veré.
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